Worn & Torn – Ross nos hace un recorrido a través de su colección de confianza: la gama X.G100 de NEXX. Estuvo cerca de sufrir un grave accidente el año pasado durante la carrera del campeonato de la DTRA, pero afortunadamente su casco NEXX le salvó el «pellejo». Aunque jamás ha vuelto a ser tan rápido desde entonces.

Palabras de Ross Sharp · El The Bike Shed

Trabajar en The Bike Shed puede parecer algo grande, pero existen una serie de inconvenientes. Uno de ellos es la imposibilidad, recientemente descubierta, de escaparse con un kit estándar. OK, no debería importar lo más mínimo lo que lleves puesto pero para mi asalto a la categoría Rookie del campeonato británico de Flat Track de la DTRA sí que importaba. Y mucho. Ya había alcanzado un acuerdo para adquirir una moto DTX 450 con aire moderno en lugar de las clásicas Norton, Triumph o Bultaco que realmente hubiera preferido, pero por algún sitio tienes que empezar, ¿no?

Tendero me tenía fascinado con la llegada de los modelos X.G100, fabricados por el grupo portugués NEXX. Pero tenía una duda: ¿cómo podía un casco con doscientos compuestos ser realmente bueno? Lo normal es que fuera una basura. Emití algunos ruidos de conformidad y cogí uno en mis manos para examinarlo, mascullando entre los dientes que la visera definitivamente se empañaría y que el relleno interior acabaría hundido con apenas un par de usos.

Por suerte, al tercer incidente desde 1986 se demostró que estaba equivocado. Muy equivocado. El casco X.G100 de NEXX se adapta igual que uno de mis cascos de carreras Arai, apretando mis mejillas de forma reconfortante y ciñendo sin embargo firmemente el resto de la cabeza con sus suaves almohadillas. Iría más lejos y diría que probablemente sea el casco de moto más cómodo que haya usado nunca.

Hay tanto espacio delante de la boca que no solo es importante para mi bigote, cuidadosamente rizado, para que no me haga cosquillas mientras conduzco, sino que evita también la mencionada visita al dentista. La correa es con anclaje con anillo en D y se nota que es de calidad superior.

Viendo que este iba a ser el casco para mi carrera pensé que sería mejor someterlo a una prueba de velocidad adecuada. Una visita al constructor 72 Motorcycles sobre una Norton MM me brindó la oportunidad perfecta. El tiempo era perfecto a principios de abril, una temperatura fresca y una alta humedad en el aire, ideal para saber si la visera era realmente buena. A pesar de no levantarla, el tráfico de la ciudad no suponía un problema, y metiendo el pulgar bajo el labio fue suficiente para abrir un hueco de ventilación. Se empañó ligeramente, pero nada que no pudiera limpiarse en unos segundos.

Unas semanas más tarde, durante el lanzamiento de la Moto Guzzi V9 Bobber en los alrededores del frío y húmedo lago de Como, hice todo lo posible por encontrar algún fallo en el sistema de visera, pero de nuevo el resultado fue óptimo. La abertura puede parecer pequeña pero pude disfrutar de una visión periférica comparable a los cascos más modernos. La gruesa protección del mentón probablemente merezca más de un guiño viendo la sección tan evidente, pese a que no lo haga demasiado a menudo.

He probado incluso productos antiniebla o antilluvia como Rain X, una gran solución para los días más húmedos. En momentos de cierta tensión, en una gasolinera o tratando de encontrar las llaves, he probado a tirar de las correas elásticas y liberar los broches de presión, permitiendo que las gafas protectoras caigan del lado opuesto. Esto puede hacerse subido encima de la moto y colocarse sin mayor molestia, una vez que tienes la habilidad.

Aunque mi Guzzi Stelvio llevaba pantalla, me aseguré de probar el casco Nexx a cierta velocidad en autopista con una brisa fuerte que golpeara el casco. Apoyado en los estribos y ligeramente inclinado hacia un lado, saqué levemente mi cabeza para recibir un poco de aire y comprobar el ruido, las turbulencias y la seguridad de los broches de presión de la visera. En honor a la investigación realizada, puedo afirmar que los cascos Nexx son capaces de lidiar con velocidades de al menos un 50 % por encima de los límites establecidos.

Hubo muy escaso movimiento de la visera y para alguien que sufre un acúfeno severo encontré el Nexx extremadamente silencioso. Mi cabeza es de tamaño medio y solo hay un tamaño de armazón así que supongo que el recubrimiento/espuma extra amortigua el sonido del viento.

Pero el ruido fue exactamente al que expuse el X.G100 tan solo un par de semanas más tarde, durante la inauguración de la temporada de la DTRA. Tal vez podría haberme inscrito en la categoría Rookie pero no estaba dispuesto a fracasar con mi escasa preparación. Hablé con la buena gente de Bob Heath Visors, sí, aquella casa de la vieja escuela donde tu padre y probablemente tu abuelo hayan comprado protectores oculares. Allí me surtieron de varios accesorios Shoei y alguna cosa más, así como del kit de montaje necesario.

Incluso antes de dirigirme a la línea de salida, en Rye House, sometí otra vez al casco a una pequeña prueba. Recuerda cuando te llamaba tu madre que ya estaba la comida lista y tú aún querías apurar un rato más en el parque… y arrugabas la cara y de la rabia le rompías el brazo al compañero. Pues bien, no hagas caso de esa voz interior en los entrenamientos de la DTRA en el circuito de Eastbourne. La mayoría de la gente hubiera tomado las de Villadiego. Pero yo lo hice mejor, me mantuve ahí con los chicos mayores y traté de aguantar el tipo. ¡BRRRUM! Una nube de polvo apareció y de repente me puse de pie. El NEXX recibió un golpe pero no se agrietó y ni mucho menos se dañó, apenas una rascada. Los del punto de venta Shopkeep no creo que estuvieran demasiado contentos. Pero al menos duró cinco horas más que mi casco de pruebas anterior.

La buena gente de NEXX no sabía en absoluto dónde se metían y prometieron facilitar unos cuantos cascos más. Otro recibió otro golpe en El Rollo durante la concentración Wheels & Waves pero no parecía lo suficientemente importante como para retirarlo. Sí, sí, lo sé, lo de los artículos desechables y todo eso.

Al fin de semana siguiente, acabé con él definitivamente en la manga 3 de la DTRA. En Shopkeep, de forma ya menos amable, me dijeron que acabaría con su negocio. Y tuve que hablar directamente con NEXX para pedir otro. Afortunadamente, la idea de pasar más tiempo en los servicios de emergencias me mantuvo fuera de peligro y lo hice hasta el final de la temporada con el último X.G100 que me quedaba.

Decir que la temporada ha ido bien sería algo exagerado, incluso en mis mejores sueños. Y mira que tengo imaginación. Para celebrar la consecución del Campeonato, acudí a una prueba con gente grande y profesionales del tema, en mi pista maldita de Greenfields. No había estado en la zona y debería haber aparcado para disfrutar de una cerveza, pero siendo novato no escuché esa voz, de nuevo. Ya en la vuelta 1 golpeé a otro piloto y tuve la ocasión de poner en práctica mi mejor versión de Supermán, volando por encima de la pista y aterrizando fuera en una zona de tierra compactada. Allí claudiqué, tendido el tiempo suficiente como para preocupar a la gente hasta que llegó el helicóptero.

Tras otro tipo de viaje, en este caso al hospital, exploraciones, radiografías y un rapapolvo del médico, pasé las siguientes semanas con el rabo entre las piernas, pero contando la suerte que había tenido. Resulta obvio pensar que podría haber sido peor. No tengo ninguna duda de que si me hubiera dejado llevar por la estética de un casco deportivo o algo con menos protección ahora no podría estar pronunciando estas frases.

Hablando en plata, el casco NEXX me salvó el pellejo. Si no me crees, acércate a The Bike Shed, en Shoreditch, y pídele a Shopkeep que te deje ver el casco maltrecho. Aunque roto, arrastrado y agrietado la integridad del caparazón estaba intacto y la espuma amortiguadora de impactos había hecho su trabajo.

Si quieres parecer ‘cool’ sin reventar el presupuesto, pienso que el X.G100 no tiene rival. Y hay nueva gama de colores para este 2017, incluyendo el color carbón. Si la seguridad es tu prioridad, no busques más.